Este relato mitológico tiene gran relación con el origen del Clan Togakure.
Amaterasu, la Diosa del Sol, Tsuki-yomi, dios de la luna y Susano, el dios de la tormenta, nacieron de Izanagi, el primer varón, después de que éste escapara del mundo subterráneo.
Cuando tuvieron edad suficiente, Izangi le dio a Amaterasu el dominio de los cielos, a Tsuki-Yomi el dominio de la noche y a Susano el dominio del océano. Pero Susano se sintió engañado y se encaprichó, prefería i a la tierra oscura de Izanami, su madre, que cominar las aguas.
Entonces, desafió a Amaterasu a una competencia: de aquel del que nacieran las deidades más poderosas, habría de ceder el poder al otro. Como Amaterasu ganó, Susano se puso tan furioso que atacó el palacio sagrado de los tejidos, donde Amaterasu y sus damas tejían el mundo.
El la asustó y la ofendió tanto, que se retiró a la soledad de una cueva, dejando cielo y tierra en completa oscuridad.
Como los otros dioses estaban muy preocupados, se propusieron hacer volver a Amaterasu de nuevo al mundo.
Dudaron bastante durante mucho tiempo, y finalmente decidieron llamar su atención causando una gran conmoción fuera de la cueva, engañándola para que creyera que estaban recibiendo a una divnidad aún más poderosa que ella. En realidad, la deidad superior era la misma Amaterasu, reflejada en un espejo.