por Takamatsu Toshitsugu 33er Soke Tokagure Ryu Ninpo
“…La esencia de todas las artes marciales y estrategias militares es la
autoprotección y la prevención del peligro. El Ninjutsu proporciona el más pleno concepto de protección personal a través del entrenamiento marcial, en el sentido en que el arte Ninja trata no solamente de la protección del cuerpo físico, sino de la mente y del espíritu también. La Vía del Ninja es resistir, sobrevivir y prevalecer sobre todo aquello que pudiera destruirnos. Más que el mero de dar tajos y golpes, o el simple hecho de burlar al enemigo, el Ninjutsu es la vía para obtener lo que necesitamos del mundo desde un lugar mejor.
Al comenzar el estudio de cualquier arte marcial de combate, es fundamental una adecuada motivación. Sin la adecuada predisposición mental, el continuo contacto con las técnicas de combate puede llevar a la ruina en vez de al desarrollo persona. Pero este hecho no difiere de cualquier otra práctica en la vida llevada al extremo.
La ciencia médica se dedica a mejorar la salud y eliminar el sufrimiento, pero el mal uso de las drogas y la exaltación de la habilidad del médico, pueden llevar a las personas a un estado de salud que no esté bajo su control personal.
Una dieta nutritiva bien equilibrada permite mantener a la persona viva, vital y saludable; pero los excesos en la comida y la bebida o en tomar productos químicos, es una manera de envenenar el cuerpo.
Los gobiernos se establecen para supervisar la relación armoniosa de todas las partes de la sociedad, pero cuando los gobiernos se vuelven ambiciosos, sedientos de poder o carentes de sabiduría, el país se ve envuelto en guerras inútiles, desorden o caos civil y económico. Lo mismo ocurre con las artes marciales. La habilidad de autoprotección, que deberían proveer una sensación de paz interior y seguridad al artista marcial, muy a menudo desarrollan de forma no equilibrada la personalidad y conducen al artista marcial hacia tortuosos caminos de conflictos y competición, que eventualmente acaba consumiéndose. Si un experto de las artes marciales busca sinceramente la esencia del Ninjutsu, libre de la influencia de los deseos del ego, llegara a realizar progresivamente el último secreto de la invisibilidad.
El combatiente que venciera debería estar en armonía con el esquema de la totalidad, debe ser guiado por un conocimiento intuitivo del futuro destino.
Entonando con la Providencia y la justa imparcialidad de la naturaleza, siguiendo a un corazón claro y puro lleno de confianza en lo inevitable, el Ninja captura el conocimiento que le guiará con éxito en la batalla cuando deba conquistar y esconderse de la hostilidad, así como resignarse al nuevo adverso.
El vasto universo, hermoso en su fríamente impersonal totalidad contiene todo lo que llamamos bueno y malo, todas las respuestas a todas las paradojas que vemos a nuestro alrededor. Abriendo nuestros ojos y mentes, el Ninja puede seguir responsablemente las sutiles estaciones y motivos del cielo, cambiando en la medida que este cambio sea necesario, adaptándose siempre de manera que al final no hay mejor cosa que la sorpresa en el NINJA.
Mucho se ha escrito últimamente sobre los Ninjas, muchos fueron los conceptos erróneos generados, se ha llegado a afirmar que los Ninjas actualmente no existen. Sin embargo, el Ninja existe… y sigue entrenando…”