Muchos dioses japoneses fueron transmitidos de la India a China, y de ahí a Japón, entre ellos los siete (shichi) dioses. Otra diosa, Kichijōten, suele estar representada junto con los siete dioses tradicionales. Como suele ocurrir en el folclore, los dioses japoneses a veces representan cosas distintas en distintos lugares.
Cada uno de ellos se caracteriza por un determinado atributo:
Ebisu, dios de mercaderes, agricultores, ejecutivos y extranjeros, es el único de los siete dioses con origen Japonés, suele representarse llevando un bacalao.
Daikokuten (Daikoku), dios de la abundancia y el comercio. Suele estar junto a Ebisu y es un motivo recurrente en los grabados y máscaras de pequeños comercios.
Bishamonten, dios de la dignidad y de la buena fortuna, la riqueza, la felicidad, la bondad y la fe, identificado con el dios hindú Vaiśrāvana.
Benzaiten (Benten-sama), diosa del conocimiento, las artes y la belleza, identificada con la diosa hindú Sarasvatī, diosa de los artistas, los escritores, los bailarines, los pintores, los escultores.
Fukurokuju, dios chino de la sabiduría, la felicidad, la riqueza y la longevidad, reconocible por su cabeza la cual es la mitad, patrón de los jugadores de ajedrez, los creadores de relojes y los atletas.
Hotei, dios gordo, calvo y feliz, de la satisfacción y el comercio, el guardián de los niños y el patrón de los adivinos y los camareros, de la abundancia y la buena salud.
Jurōjin, dios de la prosperidad y la longevidad, es el dios de los profesores, los científicos, los matemáticos y los maestros.